No pasaron ni dos minutos y entró Juli corriendo.
- ¿Qué pasa ahora?- preguntó intrigada Juli.
-Un problemita, necesito tu ayuda.
- Ay, primero con Bruno, por cierto hacen linda pareja; y ahora...- dijo sin todavía haber visto a Bruno en el sillón.
Juli se quedó callada por que notó que By le hacía señas para que mirara hacia donde estaba el.
- ¡Hola!- saludó Bruno.
- Ah, hola- dijo Juli sin entender muy bien lo que pasaba.
- Bruno ella es Juli. - dijo a modo de presentación.
- ¿Ella es la solución?- preguntó Bruno.
- Obvio, ella es mi mejor amiga, y mi solucionadora de problemas.-comentó riéndose.
Al pasar el rato hablando, y contándole a Juli lo sucedido; ella ideó un plan.
- ¿Qué te parece si saludas a su madre y te vas afuera, como si te fueras a ir; y después entrás por la ventana? Vas a tener que subir las escaleras. ¿Y?- preguntó Juli a Bruno.
- Muy buena idea, ¿lo vas a hacer?- le preguntó By a Bruno.
- Supongo que no tengo otra opción.
Y así fue como hicieron, tardaron diez minutos en hacerlo, pero lo lograron.
- Bueno, ahora que ya terminó mi trabajo me voy; tengo turno en el dentista temprano, y ya son las once y media. Chau- dijo Juli, que en realidad no tenía que ir a ningún lado al día siguiente, pero los quería dejar un rato a solas para que hablaran.
- Chau- respondieron Bruno y Deby.
Y ahí quedaron los dos solos, sin saber que hacer o hablar.
- Bueno, acá vas a dormir.- dijo Deby, que lo llevó hasta el otro lado de la pieza, y se sentó en la cama.
- Nunca pensé que ibas a hacer esto por mí.
- Para un poco, no soy tan mala- dijo Deby riéndose.
- Pero parecés...
Se quedaron un rato en silencio.
- Tengo mucho sueño, pareciera que no hubiera dormido por un mes. - comentó Bruno, mientras bostezaba.
- Ah sí, perdón. Ya me voy, me había quedado pensando.
- ¿En?
- Nada interesante. Bueno, acá derecho después de mi cama está el baño, no hace falta que salgas de acá; así que voy a cerrar la puerta con llave.
- Todo lo que digas, que descanses.
- Igualmente...
Cada uno quedó en su cama, aunque no se podían dormir; hasta que Bruno se levantó para ir al baño y vio a Deby que estaba despierta. Y decidió hablar con ella.
- ¿No te podés dormir?
- No, imagino que vos tampoco.
- Contáme algo de tu vida, algo para entretenernos un rato.
- Toda mi vida es lo que has visto en la tele...
- Y que hay de esa entrevista de la que te fuiste llorando.
- ¿La viste?
- Si. La pasaron por todos los canales.
- Nada, es que no se que se pasaba por la cabeza, últimamente he estado mejor... ¿Y tu vida?
- Bien, solo que no entendía muy bien por que tenías la necesidad de tener novio, y justo yo.
- Fue una pavada... Mi amiga te vio por la ventana y me dijo que hablara con vos... La verdad ni yo puedo creer lo que hice.
- Ah, sí.
-...-
- Bueno me voy a acostar.
- Ah, otra cosa; tenés desde de las siete y media hasta las doce para irte, mi mamá no está a esa hora.
-Okey...
Al otro día se despertó Bruno a las once, se levantó silenciosamente y fue al baño a peinarse y lavarse la cara. Cuando quiso abrir la puerta recordó que estaba cerrada con llave, y la tenía Deby. La fue a despertar para pedirle la llave, y al mirarla sintió algo raro, como si no fuera la misma que había conocido hacía dos días atrás. Pero tenía que pedirle la llave.
- ¡Deby! ¡Deby!- decía muy suave, para no asustarla.
- Mmm...
- ¿Me das la llave para abrir la puerta?
- Tomá- dijo entre dormida, y las sacó de abajo de su colchón.
Él tomó la llave y quiso abrir la puerta, pero no pudo.
- Deby- dijo nuevamente a ella.
- ¿Qué?
- La puerta no abre...
- Ya intento yo.
Deby se levantó muy tranquila, e intentó abrir la puerta.
- Se ha trabado.
- ¿Y ahora?
- Llamo a un cerrajero.
- Mientras buscás un cerrajero en la guía ¿puedo hacer un llamado cortito a mi mamá?
- Obvio que si, ocupalo.
Bruno volvió a llamar a su madre.
- Mamá, ¿todavía hay algún paparazzi en casa?
- Si, quedan pocos.
- Bueno a la tarde vuelvo, a eso de las dos o tres.
- Bueno, besos.
Y cortó...
- Si que fue cortita la llamada...- dijo Deby
- ¿Y qué pasó con el cerrajero?
- Nada, ya lo llamé con mi celular mientras vos hablabas con tu mamá.-
- ¿Cuánto va a tardar más o menos?
- Y unos quince minutos, pienso.
- ¿Tenés sueño?
- Si, un poco. ¿Y qué vas hacer enseguida?
- No sé, voy a ir a la plaza.
- ¿Sólo?
- Si vas conmigo no.
- ¿Es una invitación?
- Si vos lo decís.
- Invitación aceptada.
Media hora después ya estaban libres, el cerrajero había solucionado el problema. Y ya estaban saliendo de la casa.
- ¿Y ahora qué hacemos? - quiso saber Deby.
- Lo que vos quieras...
- Vamos a la plaza- dijo ella, y sonrió.
- Vamos- contestó él.
Fueron todo el camino hablando, y conociéndose. A pesar de todo, se empezaron a llevar muy bien después de la noche anterior.
Se sentaron en la plaza, y siguieron hablando. Estaban lo más divertidos cuando sonó el celular de Bruno.
- Hola Lu ¿qué pasa? ¿Ya llegaste?- preguntó él a su amigo por el celular.
- No, ni he salido todavía. Mi papá tuvo un problema con el auto. ¿Qué hacés?
- En la plaza...
- ¿Solo?
- No, con Deby.
- Mmm... ¿No era que no había nada entre ustedes?
- ¿Querés seguir molestando o qué?
- No, era un chiste. ¿Querés venir a mi casa?
- En un rato estoy ahí- respondió sin saber que Deby estaba escuchando.
Bruno cortó y miró a Deby.
- Supongo que te vas a ir...
- Perdón Deby, nos vemos después.
- Decime By si querés...
- ¿Nos vemos después, By?
- Obvio...
Cada uno se fue hacia su casa, mejor dicho a la de sus amigos. Después de haber pasado todo esto, a alguien tenían que contarle lo que les pasaba. Ellos se sentían extraños. Y las mejores personas para contárselo eran sus amigos: Luke y Juli...