Al día siguiente, Deby se despertó muy temprano, se cambió, peinó, cepilló los dientes; y cuando estaba por maquillarse apareció en el cuarto Juli, se había tomado muy en serio lo de Bruno.
Deby se puso una campera y una gorra para que no la conocieran en la calle, una muy buena idea.
Nadie se encontraba en su casa más que ella y Juli, ya que su madre entraba a trabajar a las siete y media de la mañana, y su padre hacía días que no iba a casa; así que decidió dejarle una nota de que no iría el último día de clases al cole.
Dejando la nota sobre la mesa, salió hacia la casa de "su chico" como decía en la mayoría de las revistas que se veían en las tiendas. Deby pasó desapercibida entre la multitud de gente que no la distinguió. La casa de Bruno quedaba a siete cuadras de su casa, y solo les faltaba una cuadra para llegar.
-By hasta acá te acompaño, te voy a estar mirando. Su casa es la de las rejas negras, al lado vive mi primo.
- ¿Y para que me decís adonde vive tu primo?
- Por si Bruno está en la casa de él.
- Bueno, deséame suerte aunque sea.
- ¡Suerte!
Deby, en realidad no estaba muy segura de que esta mentirita llegara solo a la tele y listo. Quería que llegara lejos, para poder seguir siendo la número uno. Y justo ahora tenía un plan que no se lo había contado a nadie, ni siquiera a Juli. Se paró enfrente de la puerta de la casa de rejas negras y tocó el timbre. No salía nadie, hasta que una señora alta y delgada le abrió la puerta.
- ¿Qué necesitas niña?- Le dijo dulcemente a By, sin reconocerla.
- ¿Se encuentra Bruno?
- Si, ya lo llamo. Esperá un momento
La mujer era muy parecida a Bruno, y desde la puerta lo llamó. By supuso que era la madre.
- ¡Bruno te buscan!- gritó la mujer hacia dentro de la casa.
- ¿Quién?- respondió él desde su cuarto.
- Una chica.
-...- Bruno se quedó pensando, ¿qué chica iría a visitarlo?
- ¿Vas a venir o no?
- Si, ya voy- Se mojó el pelo y la cara, ya que hacia un ratito que se había levantado, y se dirigió hacia la puerta.
Mientras, la madre le había dicho a Deby que esperara un rato, y la había dejado afuera esperando.
Estaba sola en la vereda, cuando de repente apareció Bruno.
- ¿Deby?
Se sacó la gorra que tenía puesta.
- ¿Como me reconociste?
- Tengo ojos, y memoria. Y ahora ¿qué querés?
- Pedirte disculpa, la verdad es que no pensé que iba a pasar lo que pasó.
- Vos nunca pensás. ¿Verdad?
- Lo siento...
- ¿Y?
- Bueno, ya que nos vinculan, ahora podrías fingir ser mi novio. ¿No?
- ¿Para qué? Hay miles de chicos que se mueren por vos. ¿Y justo yo tenía que ser?
- Tuviste suerte.
- ¿A eso le llamás suerte? Es una pesadilla.
- Pero ya pasó, ahora necesito que me hagas otro favor más.
- No, buscá a otro chico.
- Necesito que me des un beso.
- ¿Qué?
- Lo que escuchaste, un besito.
- ¿Para qué?
- Para que nos saquen una foto los paparazzi, necesito si o si esto; si querés ponete la capucha de tu buzo para que no se te vea la cara.
- Conmigo no. Mirá, decile a aquel chico que va allá. - dijo Bruno señalando a la calle.
- ¿Por qué no querés? ¿Tenés novia?
- No, y no te metas más en mi vida.
- Ayudame, por favor. Y si me ayudas te dejo de molestar.
- Trato hecho.
Bruno, trató de terminar el trato y le dió un beso en la mejilla a Deby.
- ¿Qué hacés?- le dijo By.
- Ya está. Ahora chau.
- Pero me diste un beso en la mejilla.
- ¿Y? ¿No era eso lo que querías?
- No era eso lo que yo pensaba.
- ¿Querés que te de un beso en la boca?
- Mmm... Si.
- Pero...
-Un piquito, ¿trato?
Se puso la capucha, se acercó a Deby y le dió un pico... Deby nunca pensó que Bruno haría eso, pero así fue.
- Ahora sí, chau.
Bruno dio media vuelta, entró a su casa y dejó a By sola, sin siquiera decirle una palabra más.
Deby se fue caminando hasta donde estaba Juli, que por supuesto no se había perdido ningún detalle.
- ¿Qué fue eso?
- Nada importante, le dije que si me daba un beso lo dejaría de molestar. Decime la verdad, ¿no soy una genio?
- No sé, creo que te pasaste de la línea. ¿Qué pasa si lo persiguen los paparazzi?
- Ni idea, ya terminó el trato. ¡Hasta nunca Bruno!
- ¿Y ahora que vas a hacer?
- Esperar a que la foto llegue a la tele, revistas, etc.; como pasó con la vez pasada.
Las mejores amigas fueron todo el camino divirtiéndose, y luego cada una siguió con su vida cotidiana.
Deby llegó a su casa, y ya eran las doce del mediodía, su madre estaba en casa y ya se había enterado de que su hija no había ido a clases.
Se sentó a mirar tele, para hacer tiempo hasta las doce y media, ya que creía que pasarían su nueva foto con Bruno. Pero no fue así, no hubo ni un solo rumor de lo que había pasado esa mañana.
Esto no podía quedar así, tenía que ver a Bruno urgente, e intentar darle un piquito más; solo uno enfrente de mi casa, pensaba. Estaba segura de que afuera de su casa siempre había un paparazzi. Solo tenía que esperar a que Bruno pasase por la vereda, esta vez el plan no fallaría.
Justo estaba pensando en eso, cuando lo vio por la ventana que iba pasando. Salió corriendo, y lo volvió a parar.
- Esperá...
- ¿Y ahora qué?
- No salió nada en la tele.
- Ya lo sé.
- Pero estoy segura de que si me das un besito ahora lo van a pasar por...
No terminó de hablarle, cuando notó que Bruno ya estaba muy pegado a ella, y le sostenía la cintura; no le dió un besito, le dió un besazo. Para Deby fue el beso más largo de su vida; ya que no entendía que había pasado. ¿Bruno está enamorado de mí, o lo hizo para sacarme de encima y terminar para siempre el trato? Se preguntaba Deby.
- ¿Conforme? - le preguntó él.
- Creo que sí.
- Bien, entonces hasta nunca. - dijo Bruno, y siguió caminando como si nada.
Ahora se había sacado la duda, Bruno lo único que quería era terminar con ese trato, e irse a su escuela. En ese momento decidió hablar con Juli, pensó que le interesaría saber sobre lo pasado, y también podría ayudarla a entender por qué Bruno no se había puesta la capucha, otra duda de Deby.
Después de haber pasado más de dos horas hablando con Juli, ésta sugirió que tal vez no se había puesto la capucha porque estaba tan apurado que se olvidó; aunque Deby tomó esta sugerencia como una opción.
A partir de ahora esperaría hasta las nueve para ver el programa, faltaban varias horas, pero pasaría el tiempo muy rápido; ya que tenía que leer y estudiar el guión para la nueva película que empezaría a grabar el lunes, después de la entrevista.
Pasaron las horas demasiado ligero para Deby, que le encantaba estudiar los guiones; pero más le interesaba ver el programa, aunque ya no tanto como hace dos días. ¿Qué había cambiado? Puede que no recordara lo que había pasado en la entrevista anterior. Era la hora, Deby bajó al hall y encendió el televisor. ¡Sorpresa! En el programa no pararon de hablar de ella, y de su novio no famoso. Deby en ese momento se sentía muy feliz, pero nunca imaginó que pasaría con Bruno; ahora todo el mundo lo conocía, los paparazzi no lo dejarían en paz.
